No me queda la menor duda de que en cualquier entrevista laboral se hará énfasis al trabajo en equipo, porque es una competencia fundamental que cualquier profesionista debería presentar. La misma definición de organización empresarial indica que solo tendrá éxito con la conjunción de esfuerzos.
Ahora bien, todo el mundo cree que sabe trabajar en equipo, pero por mi experiencia te puedo decir que es una ilusión, la cual se rompe de manera abrupta cuando empiezan a surgir pequeñas disputas entre los miembros de un equipo. Cuando todo va bien la vida es fácil, pero cuando no el trabajo puede volverse un infierno.
Y ninguno estamos exentos de esto. Yo mismo trabajé en algún momento en lo que era un buen equipo, pero que por pequeños problemas que no se solucionaron a tiempo la convivencia se puso algo incómoda. Te puedo asegurar que nadie en su sano juicio quiere trabajar así, pero a veces no queda de otra.
Cuando hablamos de trabajo en equipo hablamos de sacrificio, una cualidad bastante escasa en estos días. Sacrificarse por otro implica dedicar de mi tiempo y esfuerzo a otra persona, algo muy necesario en cualquier equipo, pues el dicho hoy por ti mañana por mi aplica a la perfección.
Sin importar que tan bueno seas en tu trabajo, ocuparás de los demás más de lo que te imaginas. Así que los equipos de trabajo altamente efectivos son aquellos que han entendido que siempre debes estar dispuesto a hacer cosas por lo demás, de modo que los demás siempre estarán dispuestos a ayudarte.
Ojo, el trabajo en equipo no se fundamenta en hacer cosas por lo demás para después tenerlos a tu disposición cuando los necesites. Debes apoyar a tus compañeros con la idea en mente de que a todos les vaya bien, no de que te deban favores.
Además, el trabajo en equipo es una cuestión de mucha tolerancia, pues estoy seguro de que más de una vez te tocará trabajar con personas muy distintas a ti, en todos los sentidos. Evita en todo momento las discusiones innecesarias y respeta que a cada uno le guste lo que le gusta.
Tu bien más preciado es tu lista de contactos
Como profesional que eres debes tener bien claro algo: tu bien más preciado es tu lista de contactos. Si actualmente tienes una gran lista entonces sabes que estás bien soportado. Si no la tienes es momento de trabajarla.
La clave del éxito
Las relaciones profesionales son fundamentales para alcanzar el éxito, tanto si eres empleado como si eres emprendedor. Si tu objetivo es escalar en la pirámide laboral pero no tienes contactos, entonces será más difícil.
En el mundo hay países, sobre todo los asiáticos, donde la meritocracia laboral es el sistema predominante para escalar en el mundo empresarial. Es decir, tu trabajo habla por ti y te puede catapultar a los siguientes niveles.
Sin embargo, en los países latinoamericanos, la meritocracia queda un poco de lado. Acá aún estamos muy basados en a quien conocemos. Quienes tienen una mejor red de contactos suelen tener más oportunidades.
Esto puede verse como malo o bueno, depende de qué lado de la balanza te encuentres. Personalmente creo que no es ni bueno ni malo, porque este no es el punto importante. Donde debes enfocarte es en aprovechar la situación.
Es posible que seas un excelente trabajador, pero que no tengas oportunidades debido a que no te llevas bien con tus compañeros. Quejarse no solucionará nada, tienes que reenfocar las cosas y desarrollar tus puntos de mejora.
Crece tu red de contactos
Generar una red de contactos es básicamente hacer relaciones laborales. Y como en toda relación, hay que poner de nuestra parte. A veces esto significará echarle la mano a alguien, otras salir con los compañeros, por mencionar solo algunas.
Pero no debes caer en el exceso de tratar de caerles bien a otros. Puedes dar un poco de ti, pero siempre siendo tú mismo. Además, las relaciones laborales se trabajan día tras día. En esto no existen resultados buenos y rápidos.
Con respecto a los contactos que ya tienes, procúralos, cuídalos. No tienes que llamarles diario, pero una llamada o un mensaje cada semana o cada mes te ayudará a mantener la relación.
Si algo he aprendido con el paso de los años es que nunca sabes en qué momento necesitarás ayuda. Puede ser para encontrar otro trabajo, para desarrollar un proyecto, para conseguir clientes, etc.
Y lo mejor es que en ese momento tengas a quien recurrir, y que esas personas estén gustosas por ayudarte. Porque realmente no conoces el poder de tener contactos hasta que llega el momento en que los necesitas.
¿Por qué las personas de mi equipo tienen que hacerme caso?
Si la respuesta es: «Porque yo soy el jefe», entonces estás apelando al liderazgo por jerarquía. Y estás entrando en un terreno escabroso del liderazgo. Sí, un jefe es un líder, pero no es el mejor líder que la gente puede tener.
De hecho, el liderazgo jerárquico es el tipo de liderazgo menos adecuado en la actualidad. No cabe duda de que durante muchas décadas funcionó bastante bien. Pero los paradigmas están cambiando y eso está orillando al liderazgo a evolucionar.
Gánate tu posición
Si quieres ser un gran líder entonces deja a un lado tu jerarquía y gánate a la gente. Pero no te voy a mentir, esto que acabo de decir fácil y rápidamente cuesta mucho trabajo y es algo bastante complejo. Así que no te engañes antes de tiempo.
Actualmente son muchos los jefes que echan mano de su posición para imponerse ante sus subordinados. Lo hacen así por una simple razón: es lo más fácil para quien no tiene la habilidad de comunicar y convencer. Pero a largo plazo es una apuesta perdedora.
El hecho de que las personas hagan lo que quieras o necesites solo debido a una estructura organizacional que te pone un escalón encima, te convierte en un líder efímero, dependiente de un factor bastante débil y que puede cambiar muy pronto.
Difícil pero duradero
En cambio, convencer y alinear a las personas para que trabajen por un objetivo común, pero sin usar tu posición superior, es algo difícil y complejo, pero vale la pena convertirse en un líder que se ha ganado su reconocimiento.
Si lo haces, por más cambios que existan en la estructura organizacional, conservarás las lealtades que has cultivado. Y créeme, eso vale mucho de cara al futuro. Porque tener relaciones sólidas te ayudará a volver a subir en aquellos momentos que te encuentres abajo.
Además, un verdadero líder no se preocupa por las posiciones organizacionales, sino que su interés se centra en las personas. Al final de todo, el liderazgo implica un cambio positivo, y si esto no ocurre el liderazgo actual no está cumpliendo su objetivo.
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