El liderazgo es difícil porque, aunque se puede otorgar, para ejercerlo con autoridad hay que ser reconocido como líder por los demás, algo que ya por sí solo hacer que liderar sea complicado, más todo lo que conlleva.
Actualmente muchos profesionistas se han autonombrado líderes, un aspecto que indica justo lo contrario, es decir, que aún están bastante lejos de convertirse en líderes. Porque un líder no es alguien que se autonombra, sino alguien que se gana esa posición a pulso, lo cual ya de inicio no es sencillo.
Para ser visto como un líder por los demás hay que tener alguna cualidad sobresaliente, como mínimo, de lo contrario nadie te seguirá. Porque como humanos no solemos seguir a alguien a quien consideramos un igual, sino que nos enfocamos en aquellos que han hecho algo que está fuera del promedio.
Pero no necesitas hacer algo extraordinario para que los demás decidan seguirte, pues muchas veces basta con algo bastante sencillo. Por ejemplo, si de tu equipo de trabajo eres el que mejor hace presentaciones de negocios, entonces podrías ser visto como un líder, todo gracias a una habilidad muy concreta.
Aquí mis 3 claves para el buen liderazgo:
El liderazgo es muy difícil
Antes que nada, debes entender que si quieres ser un líder lo vas a pasar mal muchas veces, porque se trata de algo complicado en toda su esencia. Si el liderazgo fuera algo fácil entonces cualquier sería un líder, pero no es así. De hecho, muchas personas que llegan a ser líderes descubren que no es algo que les apasione.
Si quieres ser un gran líder entonces entra con las expectativas correctas, es decir, acepta de antemano que te estás metiendo a la boca del lobo. Por ningún motivo creas que esto va a ser algo sencillo, porque muy rápido te vas a dar cuenta que no era como tu creías, en especial porque el líder debe dar ejemplo.
¿Y qué implica ser el ejemplo de los demás? Muchas cosas, pero principalmente que vas a estar bajo el escrutinio público, lo que implica que tu vida se vuelve pública. Si no sabes el dolor de cabeza que esto puede llegar a ser entonces aún no has sido un líder, porque esto lo entiendes hasta que lo vives, aunque te lo cuenten antes.
Además, si quieres ser un líder respetado vas a tener que ser más duro contigo mismo que con los demás. Básicamente el buen líder se forma a punta de disciplina, algo que a la gran mayoría no les atrae en lo absoluto. ¿Estás listo para convertirte en un líder y tener que lidiar con todo tipo de problemas?
Un líder se gana su puesto a pulso
Los líderes posicionales son aquellos que adquieren la tarea de liderar debido a la posición que ostentan. Este tipo de líderes se ve mucho en las empresas, pues cuando alguien nuevo entra a trabajar ya hay un líder a quien debe de seguir, no por elección, sino porque es parte de los requisitos del puesto de trabajo.
En lo personal no me gusta llamar líderes a los líderes posicionales, porque el hecho de otorgar ese nombramiento sin que se lo hayan ganado solo genera una falsa sensación de liderazgo. Este no es un problema menor, pues afecta a muchas en empresas, en las cuales se tienen jefes, pero no líderes.
No me malentiendas, los buenos jefes pueden hacer una diferencia mayor que los malos líderes, pero mientras un jefe está para que las cosas se hagan, un líder está para que las cosas cambien. Se trata entonces de dos niveles distintos de actuación y un jefe se puede convertir en un líder en cualquier momento.
Pero cuando un líder lo es sin haberse ganado ese título entonces encontrará mucha resistencia por parte de los demás, quienes no lo ven como el líder al que quieren seguir. Esta es la razón por la cual en las empresas suelen surgir liderazgos no formales, asumidos principalmente por colaboradores que no tienen una posición de mando.
El camino del líder muchas veces es solitario
Muchas personas se quieren convertir en líderes porque no saben lo que implica realmente. Es por ello por lo que cuando se dan cuenta de los sacrificios que exige dejan de querer ser ellos quienes dirijan. Porque hay muchos aspectos difíciles del liderazgo, pero uno de los que más cuesta afrontar es la llamada soledad del líder.
Un líder puede estar rodeado de gente, pero en su interior muchas veces se siente solo. Cuando se llega al punto de sentir esto es porque ya se es un líder en quien los demás confían, y se siente así porque la responsabilidad de tener que buscar el bien común para todos es una carga que agobia y que no se puede compartir tan fácil.
Además, se entiende que el líder está por lo menos un nivel arriba que los demás, en cuestión de pensamiento, lo que dificulta aún más encontrar a alguien con quien compartir sus pensamientos. Puede parecer algo banal, pero ese tipo de soledad ha quebrado a muchos líderes a lo largo de nuestra historia.
Por si fuera poco, al momento de querer implementar algún cambio es cuando se tiene el mayor reto de un líder, porque todos entienden que cambiar es necesario para mejorar, pero nadie quiere hacerlo, lo que orilla aún más al líder a una soledad en la que muchos se han perdido.
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